Si ahora mismo me dijesen que me quedan 24 horas de vida, lo primero que haría sería despedirme de mis padres y mi hermano, y de los familiares a quien más quiero y seguidamente me pondría mi mejor vestido (para que me vieses más guapa que nunca), te llamaría, y sin decirte nada más te haría venir a mi casa. Comeríamos bocadillos, de pechuga, lechuga y ali-oli; y nuestra última noche sería la mejor de nuestras vidas. Estoy segura de que te haría sentir el hombre más feliz del mundo, te haría sentir exactamente como tú me haces sentir a mí, como una princesa y una reina juntas, tuya, nada más. Y tú mío, sólo mío, durante esa noche en la que por última vez uniríamos nuestros cuerpos.
Después te pediría que no me echases de menos cuando me fuera, que tan sólo me recuerdes siempre, como el amor de tu vida, como esa persona a la que le cambió la vida por completo el día en que te conoció, como esa persona que ha sido más feliz en 5 meses que en el resto de su vida, que nunca jamás intentaría olvidarte, porque tu recuerdo es tan bonito que moriría para que no fuese borrado.
Te quiero E.
Moriría...
jueves, 18 de febrero de 2010
Publicado por S. en 18:08
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